Cuando los viajeros checos planean sus vacaciones o viajes de negocios al extranjero, el primer aeropuerto que suelen considerar no es el de su país, el aeropuerto Václav Havel de Praga, sino Viena, Varsovia, Dresde o incluso Berlín. La principal motivación de esta elección es sencilla: un ahorro considerable. A pesar de los recientes esfuerzos de recuperación, el aeropuerto de Praga sigue estando por detrás de sus homólogos regionales tanto en precios como en disponibilidad de conexiones directas.

Alžběta Musilová, viajera frecuente, compartió su experiencia: “Cada vez que planeamos un viaje, celebramos un pequeño concurso entre aeropuertos. Praga rara vez gana a Viena o Varsovia, donde los vuelos son siempre más baratos”. El ahorro puede ser considerable: una familia de cinco miembros suele ahorrarse más de 20.000 coronas checas, lo que justifica económicamente el largo viaje hasta un aeropuerto extranjero.

Amplias conexiones y precios competitivos

Las principales ventajas de aeropuertos como Viena y Varsovia son su mayor selección de vuelos directos y la intensa competencia entre compañías aéreas, que naturalmente hace bajar los precios de los billetes. Por ejemplo, el Aeropuerto Internacional de Viena se ha recuperado con éxito del descenso de pasajeros provocado por la pandemia, y ha superado su tráfico anterior al COVID con unos 31,7 millones de pasajeros anuales, muy por delante de los 18 millones de pasajeros previstos en Praga para el año en curso.

Varsovia también ha superado a Praga, superando ya los 18,8 millones de pasajeros en 2023. Por el contrario, el aeropuerto de Praga está luchando por recuperar el volumen que tenía antes de la pandemia debido a la pérdida de rutas, en particular los vuelos que antes conectaban con Ucrania, Rusia y Bielorrusia, que en conjunto representaban aproximadamente 1,6 millones de pasajeros anuales antes de COVID-19.

Petr Kováč, experto en transporte aéreo de EY, explicó: “La guerra de Ucrania y la consiguiente pérdida de los mercados ruso y ucraniano han afectado gravemente a Praga. El aeropuerto de Helsinki se enfrenta a problemas similares, pero la recuperación de Praga ha sido más lenta debido a su desventaja adicional: la ausencia de una aerolínea de red nacional fuerte.”

Ausencia de portador de red y apoyo financiero

Históricamente, Czech Airlines (CSA) fue la aerolínea central de Praga, pero su papel disminuyó considerablemente antes de su colapso final, dejando a Praga sin una aerolínea exclusiva para las rutas europeas y de larga distancia críticas. Aunque Smartwings, actualmente la mayor aerolínea checa, recibió préstamos respaldados por el Estado durante la pandemia, este apoyo fue incomparable a los importantes rescates recibidos por aerolíneas como Lufthansa, Air France-KLM o SAS, que facilitaron su rápida recuperación y vuelta a la normalidad.

Budapest vivió una situación similar cuando Malév quebró en 2012, pero encontró rápidamente un sustituto en Wizz Air. Praga, sin embargo, aún no ha atraído a una compañía aérea capaz de desempeñar un papel estratégico comparable.

¿Costosas tasas aeroportuarias?

Los críticos suelen citar las tasas del aeropuerto de Praga como excesivamente elevadas. El director comercial de Ryanair, Jason McGuinness, acusó especialmente al aeropuerto de Praga de tener una estructura de precios poco competitiva que desalienta a las compañías aéreas. El portavoz del aeropuerto de Praga, Jiří Hannich, contraatacó afirmando que las tasas sólo aumentaron un 5% entre 2021 y 2024, disminuyendo en términos reales debido a la inflación. Subrayó: “Nuestras tasas por pasajero son significativamente inferiores a las de Berlín y Viena. La tasa media en Praga es de 33,91 euros, frente a los 49,13 euros de Berlín y los 55,14 euros de Viena”.

A pesar de estas afirmaciones, los vendedores de billetes y los viajeros informan sistemáticamente de que el coste total del billete es más elevado cuando se vuela desde Praga que desde los aeropuertos vecinos.

Comodidad y ahorro de costes para los viajeros

David, otro viajero checo, destacó otra ventaja fundamental de los aeropuertos extranjeros: la comodidad de los horarios de salida y llegada. Contó el viaje de su familia a Islandia desde Berlín, ahorrando unas 10.000 coronas checas en comparación con Praga, incluso después de incluir los gastos de combustible y aparcamiento. Del mismo modo, Marek Zouzalík, nómada digital, prefiere Viena por sus tarifas significativamente más bajas y su mejor conectividad, a pesar del esfuerzo adicional del viaje.

Perspectivas de futuro y planes de expansión

Consciente de estos retos, el aeropuerto de Praga trabaja activamente para mejorar su posición competitiva. Entre las novedades recientes figuran nuevas rutas directas como Toronto, operada por Air Canada, Abu Dhabi, con Etihad Airways, y Seúl, con Asiana Airlines. Se está negociando la renovación de las conexiones con Montreal, Filadelfia y Chicago, y la ampliación del servicio a destinos asiáticos clave como Hanoi, Shanghai y Tokio.

Además, ambiciosos proyectos de infraestructura, como la iniciativa Ciudad Aeroportuaria, pretenden transformar el aeropuerto de Praga en un centro dinámico comparable a Ámsterdam, Zúrich o Bruselas. Los desarrollos previstos incluyen nuevas estructuras de aparcamiento, estaciones de carga de vehículos eléctricos, alojamiento, oficinas e instalaciones logísticas, que aumentarán el atractivo general del aeropuerto de Praga.

Se avecina un periodo crucial

Mientras el aeropuerto de Praga sigue mejorando sus servicios e infraestructuras, sigue siendo esencial atraer compañías y rutas más competitivas. Recientemente, el aeropuerto ha abierto con éxito 41 nuevas rutas y ha aumentado las frecuencias de 66 rutas existentes, lo que ha impulsado notablemente sus resultados financieros. En 2024, registró un beneficio de explotación (EBITDA) de 4.300 millones de coronas checas y un beneficio neto de 2.500 millones de coronas checas, lo que supone una fuerte recuperación operativa.

No obstante, la competencia es feroz y, para atraer de nuevo a los viajeros checos, el aeropuerto de Praga debe seguir abordando cuestiones fundamentales: precios competitivos, opciones de vuelo más amplias y mayor comodidad para los pasajeros. Hasta que estas mejoras se conviertan en norma, aeropuertos como Viena y Varsovia seguirán siendo alternativas atractivas para los pasajeros checos que busquen ahorrar tiempo y dinero.

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